En los últimos once años cerraron nueve bares notables de la Ciudad
Publicado el 25 de Septiembre de 2011Son más de 80 lugares consagrados así por la legislación y la historia. Pero la falta de clientes o los nuevos horizontes comerciales empuja a muchos propietarios a debatirse entre bajar las persianas o seguir con migajas.
Entre los 72 restantes todavía quedan algunos que abrieron hace ya un siglo y hoy se enfrentan a la posibilidad del cierre definitivo. El debate que surge de la pérdida de estos lugares con valor patrimonial es el rol que el Estado debe cumplir cuando se trata de bienes privados con interés público. ¿Debería acaso el gobierno comprar esos inmuebles y contratar empleados para explotarlos? ¿Debería tener una política de fomento realmente efectiva que incluya garantizar un flujo turístico que permita a estos bares asegurarse clientela regular?
La titular de la Dirección de Patrimonio e Instituto Histórico, Liliana Barela, es también quien preside la comisión de bares notables. “Es un tema sensible porque estás trabajando con la propiedad privada. Algunos hasta se niegan a ser nombrados bares notables porque no quieren que el Estado opine sobre las decisiones sobre su propiedad privada. La Ley 35 prevé una serie de eventos, eventualmente mejoras, para ayudar a los bares notables. En general cuando un café tiene problemas nos avisan. Cuando por ejemplo, por razones familiares no pueden seguir manteniendo el bar les ofrecemos algún subsidio.” Hubo casos emblemáticos de rescate de bares. En todos los casos las asociaciones de vecinos cumplieron un rol primordial. Así ocurrió con Las Violetas, el Bar Británico, o el Homero Manzi, que hubo que hacerlo casi de nuevo.
“En el Bar de los Angelitos, la Legislatura recurrió a la Ley 1227, una ley marco de patrimonio”, explica Barela. El presupuesto con el que cuenta la Ciudad es del Fondo Metropolitano de Subsidios y se trata de no más de 200 mil pesos. “Elegimos para ayudar a los que tengan más valor y menos posibilidad de generar recursos”, aclara Barela. A la consulta sobre la modalidad de otras ciudades con tradición de bares del mundo, Barela responde: “Estuvimos reunidos el mes pasado con el responsable de patrimonio de París. Tienen una política menos interventora que la nuestra. Por ejemplo, si alguien hereda un castillo debe hacerse responsable de mantenerlo tal cual se recibió. El Estado no compra ni ayuda. Nosotros estamos más con la idea de llegar a una posibilidad de mediación con los privados. Sentarnos a conversar.”
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