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lunes, 7 de mayo de 2012

Periodismo comprometido o dependiente?

Jorge Lanata. Del compromiso social al periodismo "independiente"

Por Viktor Dellsen

Muchos dirán que Jorge Lanata se pasó de bando, saltó la talanquera, o simplemente que es un traidor, un vil tarifado al mejor postor.

Yo no objeto que Lanata entienda el asunto actual desde un punto de vista particularmente extraño, para su trayectoria, su historia. Lo que si objeto es que juegue de "periodista", con la connotación espúrea que nos quieren vender del "periodismo" y máxime del "periodismo independiente".

El mismo Lanata, sabe perfectamente que el periodismo de independiente, o mejor dicho, los periodistas independientes son un cliché, una idealización de la función del periodista, máxime del periodista político. Lanata tiene muy claro, por su participación en "El Porteño" primero y luego ya como director del genial "Página/12" que él mismo le dio un toque único e irrepetible, que no existe en la práctica el concepto que antes se señala.

Él más que nadie sabe que esto no es un simple laburo de "tornero informativo"; nada que ver, el sabe que el periodista, más allá de la "ética periodística" (o procedimientos del buen periodista), y lo deja en claro cuando siempre anda con la palabra "laburo" por delante, que es una profesión al "servicio" de los medios, y que los medios de "neutrales" no tienen nada.

Lejos está el genial "Día D" con su irreverencia, bailando carnaval ante la salida de Cavallo del gobierno de la Alianza. Lejos está el periodista que desde ese medio televisivo, apoyaba directamente el "Argentinazo" que terminó con el gobierno del tarado de De La Rúa. Lejos está, el periodista, que comprometido con su trabajo social superlativo, realizaba la mayor Asamblea Barrial en "Parque Rivadavia" durante el "boom" asambleísta.

Hoy Lanata es el "laburante de periodismo", que conserva la arrogancia de sus años de copromiso, pero transmutando ese compromiso, por el billete que le bajan desde los medios oligopólicos, que él sin verguenza alguna, caracteriza como el "David" de la película.

Él mismo, que siempre tuvo al multimedio "Clarín" entre ceja y ceja, a sabiendas de lo que es un "medio" y de como este "Medio" fue partícipe necesario del desfalco, latrocinio y estafa que nos hicieron a todos los Argentinos; hoy muy suelto de cuerpo, y jugando al "periodista" que solo le importa el laburo "de informar verazmente", cambia su compromiso social de antaño, por el compromiso hacia la "empresa periodística que tanto aborreció".

Lo mas doloroso, es que nos tome de pelotudos, haciéndonos creer, porque conoce las bajezas de la política o sus contradicciones, que este apoyo es gratuito. Lanata ofende, no al periodismo, sino, a quienes se comprometen por un país mejor, poniéndose al servicio, con su pluma, del poderoso rastrero que nos ha vendido siempre. Se traicionó a si mismo o tal vez fuera que su posición de antaño, fuera un berrinche de sicobolche que ni bien fracasado en sus empresas periodísticas (o viendo como los Hadad, Majul, hacían buenos negocios a costilla de ese medio de trabajo, tan lucrativo para unos pocos), se pasara al bando de los traidores al pueblo, que lo supo tener como un referente.

Lo que molesta es la vileza conque esconde su transformación, actuando de vocero "progre" para esa derecha inmoral, apátrida y porque no, asesina, manchada de sangre de tantos Argentinos, esa oligarquía que embruteció a un país entero, como el caso de la nena tucumana, que el supo entrevistar.

Lanata, en definitiva, es un negado de su propia historia y compromiso; alguien que dejo el compromiso social del periodismo, por el activismo antisocial de los medios. Un triste ejemplo de que mentirosos, transformistas hay a la vuelta de la esquina. Alguien que evidentemente, hace rato dejo la conciencia en un tacho de basura, pero para peor, se niega a si mismo, ya que ni siquiera tiene la valentía de comprometerse con la causa que abraza actualmente, como hacía antaño, excudándose en el "laburo" y en el apoyo al "más débil" que de débil no tiene un coño.

Es un decandente epílogo de si mismo.

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