Venezuela : Chávez y sus enigmas

Chávez y sus enigmas

Año 5. Edición número 207. Domingo 6 de mayo de 2012
Por Emiliano Guido
eguido@miradasalsur.com

El periodista Modesto Emilio Guerrero habló, desde Venezuela, con Miradas al Sur sobre los interrogantes que dispara la enfermedad del presidente venezolano.

En Venezuela hay un culebrón que bate todos los récords de audiencia. La referencia no es a ninguna de las novelas que la cadena Globovisión exporta a Latinoamérica, sino a la grave enfermedad que atraviesa el presidente Hugo Chávez. Oficialmente, la información es escueta y el vacío periodístico se suplanta con las más variadas fantasías. La derecha, obviamente, externaliza todos sus deseos de una manera salvaje pero, a su vez, el movimiento bolivariano también bordea el irracionalismo al aferrarse a una fe religiosa sobre el supuesto poder de cura inquebrantable de Chávez.

En ese sentido, Miradas al Sur consultó a uno de los chavólogos más respetados, Modesto Emilio Guerrero, para saber cómo se vive en Venezuela la preocupante ausencia en el Palacio Miraflores del ex paracaidista del Estado de Bariñas. Autor de dos obras indispensables para entender el tablero chavista –Quién inventó a Chávez y Medios y Poder en Venezuela–, Guerrero advierte que “las maldades que hizo el anti-peronismo con el cáncer de Eva Duarte quedan pálidas al lado de los ataques que hace la derecha local con Chávez. Las señoras paquetas prenden vela cada noche para que se muera el presidente. En cambio, la oposición más seria, aquella que tiene un proyecto que supera el odio anti-chavista, tiene la fantasía del indio. Es decir, piensan que muerto el jefe, se desbanda la tribu, como en las películas yanquis de vaqueros. Pero no analizan al movimiento chavista por abajo. Son análisis externos, superficiales”.

A su vez, a sólo cinco meses de la elección presidencial, la intermitente presencia de Chávez en su país genera debates domésticos en el oficialismo, por más que se intenten negar dudas internas desde la cúpula del oficialista Partido Socialista Unificado de Venezuela (Psuv). Y, en este campo del análisis, Modesto Emilio Guerrero identifica tres grandes corrientes de pensamiento. “Una vertiente, la más irracional, cree, piensa, siente, que la enfermedad de Chávez es una mentira de la derecha. Y cuando dicho sector acepta que el presidente padece un cáncer, prefiere mirar al otro lado de la realidad, y decir que Chávez se curará seguro porque está protegido por Dios, María Santísima y los Espíritus de la Sabana, fantasías que son parte del folclore de las leyendas llaneras. Claro, el propio Chávez alimenta esas cosas con sus declaraciones religiosas”. Después, según Guerrero, está el imaginario alimentado por los militantes: “La segunda corriente de opinión es la militancia más amplia, los cuadros, los movimientos. A éstos les costó aceptar que el presidente es mortal y finito. Pero, desde finales del año pasado, verlo con la cabeza pelada por la quimioterapia, los convenció que estaban frente a esa posibilidad. Entre ellos se habla ahora de estas maneras: ¿cómo nos preparamos contra el imperialismo y la burguesía? Pero, también hablan de cómo organizarse contra la burocracia o la boli-burguesía ante un hipotético vacío del líder”.

Por último, el escritor y periodista venezolano, quién se radicó durante muchos años en la Argentina, distingue a la elite partidaria como el tercer e influyente sector de dicha tríada: “Aunque no lo admitan, el reemplazo se discute. Y aquí la cosa se subdivide en por lo menos tres vertientes: A) La opción bonapartista-militar opta por el dirigente Diosdado Cabello (Jefe del Congreso). En ese sentido, hay una “militarización” de los cargos de jefatura. Las comillas no implican que haya ocupación militar ni represión, sino toma de posición institucional por parte de las Fuerzas Armadas. Ésa es la opción bonapartista o como la querramos llamar. B) Otra opción, más minoritaria, se prepara para un recambio colegiado desde del Psuv. C) Y otro sector trata de posicionar una nueva figura. La más sonada, si es que suena, cuando suena, es Nicolás Maduro (Canciller). Otros hablan de Elías Jaua (vicepresidente) o José Vicente Rangel (figura del Consejo de Estado). Pero, sólo Maduro es visto como alguien que tiene brillo propio; aunque su luz sea como la de una estrella muy lejana en una galaxia cuyo único sol es Chávez”.

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